“EL PRESTIGIO DE ESUCOMEX ME ABRE OPORTUNIDADES EN EL MERCADO LABORAL”
Hace cinco años, Lesly Fortune, un joven haitiano de 28 años, pisó por primera vez tierra chilena con una mochila llena de sueños. Poco y nada sabía de nuestro país, salvo haber visto en los noticieros que un equipo llamado Colo Colo alguna vez ganó la Copa Libertadores. Su hermano, quien había arribado a Chile algunos años antes, fue quien lo alentó a tomar la decisión de elegir ésta como su segundo patria.
Lesly trabajaba en Léogâne, su pueblo natal, un poblado a 32 kilómetros de la capital Puerto Príncipe, cuya economía se basa principalmente en la producción agrícola, y que para el terremoto de enero de 2010 vio como el 90% de las viviendas fueron destruidas. Se desempeñaba principalmente en la recolección de repollos y tomates, y hoy recuerda con añoranza como la producción dependía totalmente de las lluvias caribeñas: “Cuando no llovía no producíamos nada, pues la infraestructura era muy precaria y no habían sistemas de canalización”.
Su salario bordeaba los mil dólares anuales, equivalentes a 55 mil pesos chilenos mensuales. Su exiguo sueldo, la alta corrupción y los deseos de un futuro mejor, hicieron que Lesly tomará un avión y llegará a Santiago a construir una nueva vida. Aquí encontró trabajo, hoy ejerce como operario de control de calidad en Strobel, una empresa de forros y telas.
Tras revisar diferentes opciones para estudiar, fue un compañero de trabajo quien le recomendó Esucomex y le habló de la seriedad y prestigio de la institución. Tras postular al Formulario Único de Acreditación Socioeconómica (FUAS), logró optar al Crédito con Garantía Estatal (CAE) que deberá pagar en cuotas una vez que se titule y encuentre ocupación.
Lesly ve con optimismo el mañana. Hoy debe correr al terminar su jornada de trabajo para llegar puntualmente a las 19:00 horas a sus clases del primer año de Contabilidad, reconoce que el nivel de exigencia es duro y que muchas veces le falta tiempo para compartir con su esposa Bárbara, una compatriota a quien conoció en una iglesia evangélica, y con su hijo Mateo, nacido hace un año y cuatro meses.
Sin embargo, sabe que el esfuerzo valdrá la pena. En Esucomex ha encontrado una casa de estudios que lo ha acogido con respeto y dignidad, pero que le exige como a cualquier otro estudiante poner día a día a prueba sus capacidades. Ansía terminar prontamente el grado técnico de Contabilidad para luego proseguir con la carrera profesional de Contador Auditor. Su proyecto es quedarse en Chile, encontrar un trabajo que le permita desarrollar sus capacidades y darle una vida tranquila y sin sobresaltos a su familia.